por Kristen Ishihara y Chris Parker de Ishihara & Parker Law Firm PLLC
Le han nombrado albacea testamentario de una herencia, ¿y ahora qué? Puede parecer una tarea sencilla, pero en realidad no lo es tanto. Si no lo ha hecho nunca, no se preocupe. Le explicamos qué hace un albacea, a qué retos puede enfrentarse y cómo superar el proceso sin problemas.
Lo primero es lo primero: ¿tiene una copia del testamento? Si no es así, debe averiguar dónde está el original. Sin eso, estás en un callejón sin salida. El trabajo del albacea empieza por localizar el testamento y asegurarse de que llega al lugar correcto.
¿Y si no tiene a nadie en su vida que pueda actuar como albacea? No hay problema. Siempre puede nombrar a un tercero, como un banco, un contable o un contador público, para que asuma esa función. Claro que puede costar más, pero tendrá a un profesional que se encargará de todo correctamente y eliminará los conflictos familiares. Si le preocupan las disputas, a veces es mejor que todos se enfaden con un fiduciario neutral que con un hermano.
Una vez que tenga el testamento original, el albacea lo llevará a un abogado. El hecho de que haya un testamento no significa que automáticamente tenga que ser legalizado, eso es algo que debe decidir el abogado. Si la legalización es necesaria, el albacea acudirá al tribunal, presentará la documentación necesaria y recibirá las llamadas "cartas testamentarias". Estas cartas le nombran oficialmente albacea y le dan autoridad para gestionar la herencia. Sin ellas, aún no está legalmente a cargo.
Tras el nombramiento, el albacea:
Suena sencillo, ¿verdad? Pues no siempre lo es. Cada banco, acreedor e institución financiera tiene sus propios trámites y puede llevar tiempo. Algunos exigen que se abra primero una nueva cuenta patrimonial, mientras que otros se limitan a extender un cheque a nombre de la herencia. En cualquier caso, el albacea tiene mucho trabajo que hacer.
En un plazo de 30 días, tiene que publicar un aviso a los acreedores en el periódico y, en un plazo de 90 días, presentar un inventario de la herencia ante el juzgado. Si hay acreedores conocidos (como un prestamista hipotecario o una empresa de tarjetas de crédito), habrá que notificárselo individualmente. Y no nos olvidemos de los beneficiarios. Algunos serán pacientes, pero otros llamarán preguntando: "¿Dónde está mi cheque?".
La ley de Texas concede al albacea 18 meses para liquidar la herencia. Si las cosas se alargan más allá de ese plazo, los beneficiarios pueden solicitar legalmente una rendición de cuentas para ver qué está pasando. A veces, la liquidación de una herencia es rápida e indolora. Otras veces, hay una casa que arreglar, propiedades que vender, o complejas cuentas financieras que ordenar.
Ser albacea testamentario no es sólo un título honorífico: es un trabajo real con responsabilidades legales y financieras. Si usted ha sido nombrado en el testamento de alguien, asegúrese de entender lo que se espera de usted. Y recuerde que en realidad no tiene ninguna autoridad hasta que el tribunal lo nombre oficialmente. Así que antes de tomar decisiones importantes, consulta a un abogado y acláralo todo.
La gestión de una herencia puede ser un proceso largo y emotivo, pero conocer los pasos con antelación lo hace mucho más fácil.